lunes, 9 de enero de 2017

SUELO RADIANTE SI o SUELO RADIANTE NO


Cuando llega el frío todos buscamos un sistema de calefacción económico y eficaz. En la actualidad existen numerosos sistemas como las calderas de gas o gasoil, las bombas de calor o las placas solares.


El suelo radiante consiste en instalar tuberías por todo el suelo de la vivienda y colocar encima parquet, tarima, loseta, moqueta o el material que queramos. Estas tuberías llevan agua caliente que  pueden repartir el calor por toda la casa, pero no siempre este sistema es el más adecuado.

En todo caso siempre deberemos acudir a los profesionales que nos informen de cual es el sistema adecuado a nuestras necesidades.

Ventajas del suelo radiante

Si instalamos suelo radiante en nuestra vivienda podemos ahorrar entre un 15 y un 20% más que con otros sistemas de calefacción. La razón es porque la temperatura de impulsión del agua es baja. Actualmente el suelo radiante utiliza agua a una temperatura de entre 35 y 45 grados mientras que la instalación de calefacción con radiadores tradicionales utiliza agua a más de 70 grados. La superficie del suelo como máximo puede alcanzar una temperatura de 29 grados, con el que nunca se supera la temperatura del cuerpo.

Al repartirse el calor cerca del suelo, se repartirá uniformemente por toda la casa. Además otra de las ventajas de este sistema de calefacción es que produce menos sequedad en el ambiente que otros.

El suelo radiante se puede combinar con sistemas como una caldera, una bomba de calor o energía solar. También otra ventaja es que se eliminan elementos en la vivienda como los molestos radiadores. Necesitaremos solo un espacio parecido al del cuadro de luces para colocar un armario para los colectores hidráulicos en la pared.  Al no tener estos incómodos elementos se podrá tener libertad para el diseño de interiores y la decoración de la vivienda.

Inconvenientes del suelo radiante

El principal inconveniente es de la zona climática en que nos encontremos, debemos estar en climas sin oscilación térmica excesiva, ya que este sistema de calefacción tiene un gran inercia térmica y tanto la parada como el arranque se prolongan en el tiempo. En algunos casos puede tardar hasta 12 horas en calentar la vivienda y por ende en parar por completo.

Otro de los inconvenientes es cuando se quiere instalar en una vivienda ya construida. Las viviendas suelen tener suelo radiante cuando está ya instalado en una obra nueva o cuando se hace una rehabilitación integral. Además el coste de la instalación del suelo radiante es bastante más alto que otros sistemas. Eso sí el precio varía mucho dependiendo de la calidad del sistema y del instalador que lo realice. La diferencia puede suponer unos 30  €/m2 según la calidad del sistema y la instalación. Pero tenemos que tener cuidado si nos lo instalan por un precio demasiado barato por debajo de los 25 €/m2 y tendremos que valorar los materiales si se encuentra por encima de los 55 €/m2.


Por todo lo anterior este sistema solo se recomienda instalarlo en climas de alta montaña en los que la caldera se mantiene encendida y solo se debe controlar la potencia, pero nunca se apaga.

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