Las nuevas viviendas actuarán como termos que no dejarán escapar el calor durante los meses de frío y que realizarán la operación inversa durante el verano.
Los edificios debían cumplir con unos requisitos establecidos en cuanto a demanda de calefacción, refrigeración, energía primaria y hermeticidad. Estos son los cuatro condicionantes principales que se tienen que cumplir para optar a un ahorro energético de hasta un 90% en las facturas de consumo energético.
Las principales premisas a tener en cuenta a la hora de construir una vivienda-hucha son:
1) La demanda de calefacción debe de tener un límite de 15 kilovatios/hora por metro cuadrado y año.
2) La demanda de refrigeración tiene un nivel máximo de 15 kilovatios/ hora por metro cuadrado y año.
3) La demanda de energía primaria, que es la que necesita todo el edificio, se limita a 120 kilovatios/hora por metro cuadrado y año.
4) Se garantiza la hermeticidad con un 0,6 de renovaciones del aire cada hora a 50 pascales de presión.
Los cuatro condicionantes anteriores se consiguen mediante la aplicación de cinco principios que deben actuar de forma coordinada y simultánea:
a) El primer principio, tiene que ver con un «súper aislamiento térmico», que reduce la demanda de energía y mejora el confort. El aislamiento de este tipo de inmuebles duplica los espesores que se aplican en la actualidad.
b) El segundo está relacionado con la ausencia de puentes térmicos (debilitamientos en la envolvente del edificio) en los pilares y forjados. Son puntos por los que se escapa la temperatura y que pueden provocar condensaciones o moho en regiones de temperaturas bajas.
c) En estos edificios las ventanas y puertas exteriores deben de ser de altas prestaciones. También hay que cuidar la puesta en obra de ese marco para que quede encuadrado con la línea de aislamiento. Por ejemplo, en el norte de España se necesitarían ventanas con triple cristal y cámaras de gas argón.
4) La hermeticidad es clave para evitar fugas y filtraciones.
5) El último principio fundamental tiene que ver con la ventilación mecánica controlada. De este modo, se renueva el aire en función de las necesidades de cada momento se recupera parte de la energía generada al expulsar el aire que procede del interior de la casa.