1. Controla la calefacción: ajusta la temperatura y el tiempo que está encendida.
A pesar de que existen sistemas de calefacción que funcionan de forma sostenible como, por ejemplo, el suelo radiante o la aerotérmia –fórmulas utilizadas para proteger el planeta sin renunciar al confort en el interior de las viviendas– hay medidas que sirven para combatir el frío en casa independientemente del tipo de calefacción con que se cuente. La primera es ajustar la temperatura del termostato en función del momento del día.
De acuerdo con las recomendaciones del IDAE, durante el día la temperatura ideal se sitúa entre los 19-21 ºC, mientras que por la noche se recomienda bajarla a 15-17 ºC. Si la casa está bien aislada y no pierde tanto calor en las horas nocturnas, incluso se puede optar por apagar la calefacción.
Por otro lado, contar con un termostato resulta de gran ayuda para controlar el consumo de la calefacción, pues se puede programar y, de esta forma, prescindir de ella cuando no estemos en casa durante mucho tiempo o limitar su uso cuando las temperaturas mejoren en el exterior.
2. Refuerza el aislamiento de suelos, ventanas y puertas
Uno de los puntos sobre los que más hacen hincapié los programas de construcción sostenibles centra en contener las necesidades térmicas de los edificios con mejoras en el aislamiento térmico y en las instalaciones de calefacción. En cualquier caso, es posible reforzar este aspecto en tu casa con unos gestos sencillos.
Los puntos de fuga para el calor son ventanas y puertas por cuyas rendijas se escapa sin que muchas veces seamos conscientes. ¿Cómo proteger las ventanas y puertas? Dependiendo de tipo de ranura, puedes utilizar cinta adhesiva o burletes. En cuanto al suelo, las alfombras son un gran aliado para combatir el frío en casa al ser muy malas conductoras de energía y funcionar como una barrera térmica (sobre todo en los pisos de terrazo).
3. Vigila las paredes exteriores y ‘fórralas’
Cubrir las paredes exteriores también potencia el aislamiento térmico de la vivienda: eligelas para situar en ellas estanterías de libros (el papel combate el frío), cuadros e incluso murales de corcho. Si los radiadores se ubican en estas paredes, puedes situar tras ellos una pantalla de material reflector para que evitar que el calor escape.
4. Elimina obstáculos a la luz solar
Las persianas y cortinas también ayudan a combatir el frío de manera sostenible puesto que, al estar cerradas por la noche, forman una nueva capa que aísla la estancia del exterior. No obstante, en las horas de luz conviene tenerlas bien abiertas para que la radiación solar entre en casa sin barreras y contribuya a caldearla.
5. Abrígate para combatir el frío en casa
Aunque las capas y capas de ropa no terminen de ser muy cómodas, se trata de una de las medidas más sostenibles para combatir el frío en casa porque simplemente requiere un cambio de mentalidad. Al igual que compras productos de temporada para ser más respetuoso con el medio ambiente, toca abrigarse con prendas adaptadas al invierno.
Lo principal es ser conscientes del reto que supone combatir el frío (o el calor) en casa de forma sostenible, aunque la vivienda se debe haber formulado bajo unos principios de sostenibilidad robustos y comprometidos por lo que, y si estás buscando casa nueva que proteja el medio ambiente, debes tener en cuenta estos parámetros a la hora de decidir materiales y diseño -y siempre de la mano de un profesional-.