Dentro de poco tu
edificio necesitará una etiqueta energética, como mínimo D.
Desde 2013, es obligatorio contar con un certificado de eficiencia energética para cualquier transacción inmobiliaria. Este documento cobrará mayor relevancia, si cabe, a partir de 2030. El sector espera que la UE facilite fondos europeos para apoyar estas reformas, aliviando así las preocupaciones sobre el impacto económico de estas medidas.
La Unión Europea ha establecido unos requisitos en eficiencia energética que afectarán al mercado inmobiliario a partir de 2030. Estas normativas exigirán que todas las viviendas posean, como mínimo, una calificación energética E para poder ser vendidas o alquiladas. Esta directiva debe incorporarse a las legislaciones nacionales en un plazo de dos años, incluyendo España.
Con una media de edad de 43,5 años en su parque de viviendas, según datos de la Federación Nacional de Asociaciones Inmobiliarias (FAI), España deberá realizar importantes mejoras en muchas propiedades. Actualmente, un 83% de las viviendas tiene las peores calificaciones energéticas posibles, F o G, lo que implica que los propietarios deberán invertir en rehabilitaciones significativas. (hacer obras de mejora)
Para cumplir con estos nuevos estándares, será necesario implementar mejoras como el aislamiento térmico, la sustitución de ventanas y puertas por modelos más eficientes, y la instalación de sistemas modernos de calefacción y aire acondicionado. Estas medidas no solo buscarán reducir las emisiones de carbono, sino también mejorar la calidad de vida de los residentes.
En 2033, la normativa se volverá aún más estricta, exigiendo una calificación mínima de D. Esta evolución de los criterios obligará a los propietarios a planificar con antelación las obras de rehabilitación energética necesarias para cumplir con las nuevas exigencias.
Las nuevas normativas reflejan el compromiso de la UE con la sostenibilidad y la eficiencia energética. Adaptarse a estos desafíos no solo contribuirá a la reducción de emisiones de carbono, sino que también fomentará la creación de entornos más saludables y sostenibles, pero no será fácil para muchas familias, que tendrán que hacer frente a un alto desembolso si quieren vender o alquilar su vivienda.
FUENTE: elconfidencial.com