Una vivienda bioclimática es aquel edificio o construcción diseñado para que sus habitantes puedan beneficiarse del clima local y de las ventajas que ofrece el entorno en términos de bienestar y ahorro de energía. Con estos inmuebles se consigue una sensación de confort durante todo el año, incluso en verano, la época más complicada de afrontar por las altas temperaturas exteriores y la dificultad de encontrar fuentes naturales de refrigeración.
Gracias a las soluciones satisfactorias que aportan este tipo de inmuebles, se puede llegar a conseguir un ahorro energético de hasta el 80%. Los sistemas que pueden aplicarse a una vivienda en aras de afrontar mejor el calor pueden ser los siguientes:
-Orientación para proteger del sol. En general, en el hemisferio norte lo mejor es orientar la vivienda al sur. Para evitar que durante la época estival el calor sea insoportable por la incidencia directa del sol, se debe apostar por el uso de elementos de protección pasivos (voladizos, porches, pérgolas, etc.), que protejan de la radiación directa sobre muros o ventanas.
-Aislamiento y revestimientos en colores claros. También se deberá prestar atención a las soluciones constructivas de cerramientos, huecos y puentes térmicos. De hecho, la mejor técnica a aplicar en una casa bioclimática pasa por aplicar correctamente un buen aislamiento. Además, será enormemente importante el uso de pinturas o materiales reflectantes térmicos en la cubierta o fachada del edificio. Un tejado de color claro comparado con uno oscuro puede reducir la ganancia de calor de un 25% a un 35%. De ahí que sean muy comunes en el sur, donde los veranos son especialmente calurosos.
-Ventilación cruzada. En una vivienda bioclimática, la ventilación es clave y tiene varios usos: renovación del aire (preservar condiciones higiénicas), incrementar el confort térmico en verano (movimiento del aire) y disminuir el calor acumulado en muros, techos y suelos. Para conseguirlo, las ventanas estarán ubicadas en fachadas opuestas, transversales a la dirección de los vientos dominantes, para así lograr corrientes de aire. En los días calurosos de verano, lo eficaz será ventilar únicamente durante la noche.
El diseño de este tipo de construcciones también tendrá en cuenta lo que se conoce como ventilación convectiva, es decir, cuando el aire caliente asciende a las partes más altas de la casa, siendo reemplazado por aire más frío, procedente de un patio fresco, un sótano, tubos enterrados en el suelo, etc.) y ventilación convectiva en desván (disponer de un espacio tapón entre el último piso y el tejado para reducir la transferencia de calor).
!!Un truco para conseguir refrigerar la vivienda, será colocar macetas con plantas frondosas en las ventanas, así se puede conseguir introducir el aire fresco en la vivienda al momento de regar dichas plantas.!!
-Forma compacta e inercia térmica. La forma de una casa determina en gran medida el consumo de energía. Por ello, lo recomendable en términos energéticos es que tenga una forma compacta sin numerosos huecos, entrantes y salientes. La altura para conseguir una mayor ventilación también será importante.
-Integración de energías renovables. Para cerrar el círculo del ahorro energético y consumo de generación propia, este tipo de construcciones también tienen en cuenta la integración de energías renovables. En este caso, las fuentes más empleadas son la energía solar fotovoltaica, solar térmica, eólica, aerotérmica o geotérmica.